La fotoprotección en Colombia: lo que necesitas saber para proteger tu piel del sol
El sol en Bogotá es diferente al de otras ciudades, y la mayoría de las personas cometen errores críticos en su fotoprotección diaria que ponen en riesgo su piel. En una reveladora entrevista para “Miércoles de Salud” de Noticias RCN, expliqué por qué la fotoprotección adecuada va mucho más allá de aplicar cualquier protector solar, especialmente cuando vivimos a 2.600 metros sobre el nivel del mar.
La piel es el órgano más grande de tu cuerpo y su relación con el sol es compleja: lo necesitamos para sintetizar vitamina D y sentir bienestar, pero la sobreexposición genera desde manchas faciales y envejecimiento acelerado hasta el melanoma, el cáncer de piel más agresivo y mortal.
Por qué la fotoprotección en Bogotá requiere protocolos diferentes
Vivir en Bogotá cambia completamente las reglas de la fotoprotección. A 2.600 metros sobre el nivel del mar estamos literalmente más cerca del sol, y los rayos solares llegan sin desviación, penetrando con mayor intensidad en nuestra piel.
Esta proximidad al sol significa que:
- Los rayos UV llegan con mayor potencia que a nivel del mar
- El daño celular se acumula más rápidamente
- Necesitas reaplicar tu fotoprotector cada 4 horas durante el día, incluso sin exposición directa
- Un “día blanco” (nublado) no te protege: la radiación atraviesa las nubes y causa el mismo daño
Lo que muchos desconocen es que el vidrio de las ventanas no ofrece protección completa. Aunque bloquea la radiación UVB (la que causa quemaduras), la radiación UVA (responsable del 95% del envejecimiento prematuro) atraviesa el vidrio sin problema. Si trabajas cerca de una ventana o pasas tiempo en el auto, estás recibiendo radiación que envejece tu piel.
El protector solar correcto: SPF 50 es solo el comienzo
Cuando compras un protector solar, el número de SPF es apenas una parte de la ecuación. La mayoría de las personas no sabe que el SPF solo mide la protección contra rayos UVB, que representan apenas el 5% de la radiación que recibimos.
El secreto está en las cruces (+) que aparecen en el empaque junto a las siglas PA o UVA. Estas cruces indican la protección contra la radiación UVA, la verdadera responsable del envejecimiento de tu piel.
Busca un protector que tenga:
- SPF 50 como mínimo para protección contra UVB
- Entre 3 y 4 cruces (+++) para protección UVA efectiva
- Resistencia al agua si vas a sudar o estar en contacto con agua
La cantidad exacta que necesitas aplicar
La pregunta que más me hacen es: ¿cuánto protector debo usar? La respuesta es precisa y visual: la cantidad que cabe en dos dedos para cubrir cara y cuello adecuadamente.
Aplicar menos cantidad compromete drásticamente la efectividad del producto. Un estudio demostró que la mayoría de las personas usa menos del 50% de la cantidad necesaria, reduciendo la protección real a menos de la mitad del SPF indicado en el empaque.
La frecuencia de aplicación es igual de crítica:
- Cada 4 horas en tu rutina diaria en Bogotá
- Cada 2 horas si estás en la playa, piscina o haciendo ejercicio
- Después de sudar intensamente o entrar al agua, sin importar cuánto tiempo haya pasado
El bronceado es señal de daño celular permanente
Necesito que entiendas algo fundamental: cualquier bronceado es una señal de daño celular. No existe el “bronceado saludable”. Cuando tu piel se oscurece, está respondiendo a una agresión activando sus mecanismos de defensa.
El daño solar es acumulativo y permanente. Cada minuto de exposición sin protección se suma a una cuenta que nunca se borra. La radiación que recibiste de niño sigue contando hoy, y una sola quemadura con ampollas duplica tu riesgo de desarrollar melanoma para toda la vida.
Las cámaras bronceadoras son especialmente peligrosas porque concentran la radiación UV en sesiones intensas, generando cambios en el ADN celular que derivan en cáncer de piel décadas después. No existe uso seguro de cámaras bronceadoras.
Cómo tomar sol de manera segura para sintetizar vitamina D
Aunque necesitamos exposición solar para producir vitamina D (esencial para fijar el calcio en los huesos y prevenir osteoporosis), la clave está en hacerlo de forma estratégica y protegida.
El protocolo correcto es:
- Horarios específicos: antes de las 10 de la mañana o después de las 4 de la tarde
- Zonas no habituales: expón antebrazos, nuca o piernas, áreas que normalmente están cubiertas
- Protege siempre tu rostro: el rostro debe llevar fotoprotector incluso durante la exposición “saludable”
- Duración limitada: 10 a 20 minutos son suficientes; más tiempo genera daño sin beneficios adicionales
Un dato que sorprende a muchos: el fotoprotector NO impide la producción de vitamina D. Tu piel puede sintetizarla incluso con protección solar, solo necesita un poco más de tiempo de exposición.
Alimentos que aumentan tu riesgo de quemaduras severas
Pocos saben que ciertos alimentos comunes son fotosensibilizantes, es decir, aumentan dramáticamente tu sensibilidad al sol y pueden provocar quemaduras de segundo grado (con ampollas) incluso con exposición moderada.
Evita estos alimentos antes de exponerte al sol:
- Cítricos: naranja, limón, mandarina, toronja (nada de limonada en la playa)
- Perejil: en grandes cantidades o aplicado directamente en la piel
- Coliflor: consumida en exceso antes de la exposición solar
Algunos medicamentos también son fotosensibilizantes, especialmente antibióticos utilizados para tratar el acné. Si estás en tratamiento con medicamentos, pregunta a tu médico si tienen este efecto y ajusta tu fotoprotección en consecuencia.
Los antioxidantes orales como coadyuvantes (nunca como reemplazo)
Existen suplementos antioxidantes orales, como el Polypodium leucotomos, que ayudan a disminuir la carga oxidativa del daño solar desde adentro. Son especialmente útiles para personas con fotosensibilidad, alergias solares o que presentan reacciones atípicas al sol.
Sin embargo, quiero ser clara: estos suplementos son coadyuvantes, nunca sustitutos del fotoprotector tópico. No tomes un suplemento pensando que ya no necesitas aplicar protector solar. La combinación de ambos ofrece la mejor protección, pero el protector tópico es innegociable.
Protección específica para el rostro vs. el cuerpo
La piel de tu cara es completamente diferente a la del resto de tu cuerpo. El rostro tiene una concentración altísima de glándulas sebáceas, lo que lo hace más graso y propenso a brotes si usas productos inadecuados.
Por eso es fundamental usar fotoprotectores específicos para el rostro que sean:
- No comedogénicos (que no obstruyen los poros)
- Textura ligera que se absorba rápidamente
- Formulados para piel facial sensible
Usar el protector corporal en la cara no te hará daño, pero probablemente te sientas incómodo por la textura más pesada y grasosa. Para el cuerpo, busca fotoprotectores más económicos en formato grande que puedas aplicar generosamente.
El mito del maquillaje con SPF
Aquí debo ser directa: el maquillaje con SPF 15 NO es suficiente para proteger tu piel. Muchas mujeres confían en su base o polvo con protección solar pensando que es suficiente, pero hay dos problemas críticos:
- El SPF es demasiado bajo: necesitas mínimo SPF 50, no 15
- La cantidad aplicada es insuficiente: para que el maquillaje ofrezca la protección indicada, tendrías que aplicar una capa tan gruesa que quedarías con una máscara blanca
Además, solo confío en la efectividad declarada de productos dermatológicos, no cosméticos. Los productos dermatológicos están sujetos a regulaciones estrictas que comprueban su eficacia real; los cosméticos no tienen la misma exigencia.
La secuencia correcta es:
- Limpieza facial
- Sérum o tratamientos
- Fotoprotector específico para rostro
- Maquillaje (opcional)
Señales de alarma: cuándo consultar por tus lunares
El melanoma es el cáncer de piel más agresivo y mortal, pero detectado a tiempo tiene altas tasas de curación. La clave está en estar atento a los cambios en tus lunares y manchas.
Consulta inmediatamente al dermatólogo si detectas:
- Lunares que cambian de tamaño o crecen de manera irregular
- Bordes que se vuelven asimétricos o irregulares
- Diferentes colores dentro del mismo lunar (marrón, negro, rojo, azul)
- Oscurecimiento repentino o cambio drástico en la pigmentación
- Lunares que sangran, pican o generan molestias
Recuerda que una sola quemadura solar con ampollas durante tu vida duplica tu riesgo de melanoma. El daño es acumulativo desde la infancia.
Protección ocular: tus ojos también necesitan fotoprotección
La exposición solar no solo daña la piel; tus ojos también sufren consecuencias graves:
- Cataratas: opacidad del cristalino que reduce la visión
- Daño en la mácula: deterioro del punto de máxima nitidez visual
- Melanoma ocular: sí, también existe cáncer de piel en el ojo
Las gafas de sol deben cumplir requisitos específicos:
- Protección UV certificada (no solo “lentes oscuros”)
- Compradas en ópticas autorizadas que garanticen la protección real
- Las gafas de mercado o sin certificación pueden ser más dañinas que beneficiosas
Incluso en días nublados necesitas gafas certificadas. La luz UV atraviesa las nubes y el daño ocular es acumulativo e irreversible.
El efecto espejo: radiación indirecta en la playa
Cuando estás en la playa o cerca del agua, no solo te expones a la radiación directa del sol. Las superficies claras reflejan hasta el 98% de los rayos solares, creando un efecto espejo que te quema incluso estando bajo la sombrilla.
Superficies con alto poder reflectivo:
- Arena de playa: hasta 25% de reflexión
- Agua: hasta 10% de reflexión (pero el efecto visual aumenta la exposición)
- Nieve: hasta 80% de reflexión (por eso los esquiadores necesitan protección extrema)
Estar “a la sombra” NO garantiza protección si estás rodeado de superficies reflectivas. Necesitas fotoprotector incluso bajo el parasol.
Sombreros efectivos vs. gorras inútiles
No todos los sombreros ofrecen la misma protección. Una cachucha o gorra solo cubre tu frente, dejando expuestas mejillas, nariz, orejas y cuello, las zonas más propensas al cáncer de piel.
Un sombrero efectivo debe tener:
- Ala de al menos 7 centímetros en todo el contorno
- Material de trama cerrada que no deje pasar la luz
- Cobertura de 360 grados alrededor de tu cabeza
Combina el sombrero con fotoprotector; ninguno reemplaza al otro. Son capas de protección que funcionan en conjunto.
Tratamientos para revertir el daño solar acumulado
Aunque el daño solar es permanente a nivel celular, existen tratamientos avanzados que pueden mejorar visiblemente las consecuencias estéticas del fotoenvejecimiento.
En nuestro centro ofrecemos protocolos especializados para:
Manchas por daño solar:
- Eliminación de manchas con láser Q-Switch
- Peelings químicos especializados
- Protocolos despigmentantes personalizados
Envejecimiento por exposición solar:
- Biorevitalización profunda
- Rejuvenecimiento facial con tecnología HIFU
- Protocolos de colágeno estimulado
Sin embargo, la prevención es infinitamente más efectiva (y económica) que el tratamiento. Una fotoprotección rigurosa desde hoy previene tratamientos costosos en el futuro.
Quemaduras solares: cómo reconocerlas y qué hacer
Cualquier rojez después de la exposición solar es una quemadura de primer grado. No necesitas ampollas para tener daño significativo.
Clasificación de quemaduras solares:
- Grado 1 (eritema): rojez, piel caliente, sensibilidad
- Grado 2 (flictenas): rojez + ampollas llenas de líquido → duplica tu riesgo de melanoma
- Grado 3 (raro con sol): destrucción de capas profundas de la piel
Si te quemas, sigue este protocolo:
- Aplicar compresas frías (nunca hielo directo)
- Hidratación agresiva oral (bebe mucha agua)
- Cremas calmantes con aloe vera o pantenol
- NO revienten las ampollas si las hay
- Consulta médico si hay ampollas extensas o fiebre
Recuerda: una quemadura es evidencia de que tu protección falló. Ajusta tu protocolo de fotoprotección para que no vuelva a ocurrir.
Fotoprotección en niños: protección desde la infancia
El daño solar que recibimos en la infancia se acumula de por vida. Los niños necesitan protección solar rigurosa desde los primeros meses de vida, pero con consideraciones especiales.
Protocolo pediátrico de fotoprotección:
- Menores de 6 meses: evitar exposición solar directa; usar sombra física (sombreros, ropa)
- Mayores de 6 meses: fotoprotector pediátrico específico (minerales o físicos preferiblemente)
- Reaplicación más frecuente: cada 2 horas sin excepción
- Ropa con protección UV: existe ropa infantil con protección solar incorporada
Un niño que sufre quemaduras con ampollas durante su infancia tiene el doble de riesgo de desarrollar melanoma en su vida adulta. Los padres tienen la responsabilidad de crear estos hábitos de protección desde temprano.
La fotoprotección es salud, no vanidad
Quiero que entiendas algo fundamental: la fotoprotección rigurosa no es una cuestión estética, es un protocolo de salud que previene cáncer de piel y cataratas.
Sí, evitar las manchas y el envejecimiento prematuro son beneficios valiosos que mejoran tu apariencia. Pero lo realmente importante es que estás previniendo el melanoma, un cáncer mortal que puede evitarse con hábitos correctos de protección solar.
Cada día que aplicas tu fotoprotector correctamente, que reaplicas cada 4 horas, que evitas el sol en las horas pico y que usas gafas certificadas, estás invirtiendo en tu salud a largo plazo.
Programa tu consulta de valoración dermatológica
Si tienes lunares que han cambiado, manchas que te preocupan, o simplemente quieres una evaluación profesional de tu piel y su exposición solar acumulada, estoy aquí para ayudarte.
En mi consulta realizamos:
- Dermatoscopia digital de lunares sospechosos
- Análisis facial con tecnología Janus II para evaluar daño solar
- Protocolos personalizados de fotoprotección según tu tipo de piel y estilo de vida
- Planes de tratamiento para revertir el daño solar visible
Agenda tu cita de valoración y comencemos a proteger tu piel del sol de la manera correcta.
Dra. Tatiana Leal
Médica especialista en medicina estética
Universidad del Rosario
Bogotá, Colombia
Puedes ver la entrevista completa en Noticias RCN Miércoles de Salud
